Deducciones en el Régimen Simplificado de Confianza (RESICO) 

Si estás metido en el Régimen Simplificado de Confianza (RESICO), tal vez pienses que las deducciones personales son un tema de otro mundo, como si fueran algo solo para los grandes empresarios o los que tienen contadores de lujo. Pero, ¡no es así! A pesar de ser un régimen que busca simplificar todo el proceso, sí puedes aprovechar deducciones personales. Eso sí, hay que tener en cuenta ciertas reglas para no caer en la tentación de deducir cosas que no van. Vamos a ver cómo puedes sacarles jugo sin que se te caigan los recibos del bolsillo. 

¿Y las deducciones personales en el RESICO? 

Si pensabas que el RESICO te iba a dejar con las manos vacías y sin nada de deducciones, te equivocas. Aunque no podrás hacer todo tipo de deducciones como en otros regímenes más complejos, aún puedes meter algunas cosas que te pueden ayudar a reducir el monto de tus impuestos. La clave está en saber qué sí y qué no. Piensa en ello como en esa vez que te dijeron que solo podías pedir 3 deseos, pero de repente un genio se ofrece a darte 2 extras si eres listo. ¡Ojo! No todo es tan fácil como parece. 

Lo que sí puedes deducir son los gastos básicos relacionados con tu salud, educación y otras necesidades personales, pero solo si cumplen con los requisitos establecidos. Ya sé, suena muy serio, pero es la forma de asegurarte de que no termines deduciendo el café de la mañana o los regalos de Navidad (aunque a veces se antoje, ¿verdad?). 

Los gastos que sí puedes deducir en el RESICO (y los que no) 

La lista de los gastos deducibles es como una piñata: no todo lo que metes ahí te lo vas a llevar. Aquí te dejo lo que sí podrías incluir en tu declaración: 

1. Gastos médicos y dentales: Si tuviste que ir al dentista porque esa muela te traía en modo “ya no siento nada” y tienes la factura en regla, felicidades, eso sí se puede deducir. Pero aguas, que el SAT no va a aceptar el ticket de la pomadita mágica que te vendió tu tía en el tianguis.

2. Colegiaturas: Si tienes hijos y estás pagando colegiaturas, hay chance de que puedas deducir esas. Ojo, no se trata de meter las clases de baile de tu hija o los cursos de inglés de tu sobrino. Tienes que seguir las reglas claras: educación básica, media superior o superior. 

3. Intereses de créditos hipotecarios: Si tienes un crédito hipotecario y estás pagando intereses, esos sí se pueden meter en tu deducción. Pero no vayas a deducir los pagos del depa que rentas para la fiesta de los fines de semana, porque eso no cuenta. 

4. Transporte escolar: Si tu hijo o hija usa un servicio de transporte escolar, puedes deducirlo. Solo asegúrate de que el recibo sea válido, porque si el chofer te lo da en una servilleta, tal vez no cuente. 

5. Aportaciones a fondos de retiro (Afore): Si estás aportando a tu Afore para tu retiro, esa lana sí la puedes meter en la deducción. Y ojo, no te gastes todo tu dinero ahora porque después te vas a arrepentir. 

Sí, ya sé, lo ideal sería poder deducir más cosas (como ese coche nuevo que te compraste), pero las reglas están para seguirlas, y si no lo haces, podrías estar en problemas. 

¿Qué pasa si tienes otros ingresos? 

A ver, sé que algunos de ustedes tienen varias chambas, ¿no? Puede que seas persona física en el RESICO, pero además recibes otros ingresos, tal vez como asalariado o de otro régimen fiscal. En ese caso, las reglas para deducir son un poquito más estrictas. 

Lo que pasa es que, cuando combinas diferentes fuentes de ingreso, no puedes hacer lo que quieras. Los gastos deducibles deben aplicarse solo a los ingresos que provienen de tu actividad en el RESICO. Así que no vayas a pensar que si trabajas en una oficina, puedes meter también los gastos de tu tiendita de artesanías en el mismo paquete. Cada ingreso va por su lado. Es como si tuvieras dos fiestas diferentes y no pudieras llevar el pastel de una a la otra. 

Trucos para que no te quiten ni un peso 

• Organiza tus recibos: Sé que suena aburrido, pero la verdad es que si tienes los recibos bien organizados, va a ser mucho más fácil hacer tu declaración. No pongas todo en una bolsa vieja, porque al final no sabrás ni qué es deducible y qué no. Organízate un poquito y todo será más rápido. 

• Revisa los límites de deducción: No puedes deducir todo lo que se te ocurra. Cada tipo de gasto tiene un límite que no puedes pasar, así que revisa bien las reglas antes de empezar a meter facturas. No seas como tu primo que trató de deducir hasta los gastos del «jaripeo» porque decía que «la familia es lo primero». No, primo, no. 

• Consultoría experta: Si no estás seguro de lo que puedes o no puedes deducir, no dudes en hablar con un contador. Evita los errores y, sobre todo, no te arriesgues a hacer una declaración errónea que te cueste más que un viaje a la playa en temporada alta. 

¿TaxDown para las deducciones? ¡Claro que sí! 

Si todo esto te suena más complicado que una telenovela, tranquilo. Con TaxDown puedes hacer tu declaración de forma fácil, rápida y sin tantos rollos. Solo tienes que subir tus datos y la plataforma se encarga de todo el papeleo. ¿Recuerdas esos recibos que mencionamos antes? ¡TaxDown los revisa por ti! Y si tienes dudas, un experto fiscal estará a tu lado, como el buen amigo que te ayuda a no meterte en líos. 

En pocas palabras…

Aunque el Régimen Simplificado de Confianza (RESICO) parece un poco enredado, si sigues las reglas y te organizas bien, puedes sacar provecho de las deducciones personales. No todo es deducible, pero los gastos clave como los médicos, las colegiaturas o el transporte escolar sí lo son. Si no quieres complicarte la vida, puedes usar plataformas como TaxDown para que todo el proceso sea más sencillo. ¡Así que pon en orden esos recibos y a aprovechar esos ahorros, que nadie quiere pagar más impuestos de lo que debe!