¿Qué es el CFDI y cómo aplica en gastos médicos? 

¡Ah, el SAT y sus reglas! Si hay algo que nos une como mexicanos es el intento de exprimirle hasta el último peso a nuestra declaración anual. Y aquí es donde entra en escena el famoso CFDI (Comprobante Fiscal Digital por Internet). ¿Sabías que podrías recuperar dinero por tus gastos médicos? Así es, tu dolor de muelas o esa revisión de rutina en el hospital pueden convertirse en una deducción fiscal si juegas bien tus cartas. 

Lo que el SAT sí te deja deducir (y lo que no) 

Antes de que corras a buscar todas tus facturas, vamos a aclarar qué gastos de salud son deducibles y cuáles no: 

Lo bueno: lo que sí puedes deducir 

• Honorarios médicos, dentales, psicológicos o nutricionales. 

• Gastos hospitalarios. 

• Medicinas incluidas en facturas de hospitales. 

• Honorarios a enfermeras. 

• Análisis o estudios clínicos. 

• Prótesis. 

• Compra o alquiler de aparatos para el restablecimiento o rehabilitación del paciente. 

• Lentes ópticos graduados. 

Primas por seguros de gastos médicos. 

Lo malo: lo que no entra 

• Medicinas compradas en farmacias. 

• Terapias alternativas tipo acupuntura o homeopatía.  

• Vitaminas y suplementos. 

Pagos en efectivo. Si no lo hiciste con tarjeta, transferencia o cheque, no hay deducción que valga. 

¿Cómo hacer que tu CFDI cuente? 

Pedir el CFDI correcto no es tan complicado, pero hay que hacerlo bien para que el SAT no te haga caras. Sigue estos pasos: 

1. Solicita tu factura en cuanto hagas el pago. No la dejes para «después» porque luego los proveedores ya ni se acuerdan de ti. 

2. Asegúrate de que tenga tu RFC y uso correcto. Si el doctor se equivoca y te pone «Gastos en general» en vez de «Honorarios médicos», podrías perder la deducción. 

3. Usa la clave fiscal correcta: 

1. D01 para consultas, hospitalizaciones y dentistas. 

2. D02 si es por discapacidad o rehabilitación. 

4. Paga con métodos válidos. Tarjeta de crédito, débito, transferencia o cheque. Olvídate del efectivo. 

Guarda todo. Haz una carpeta en tu compu o usa una aplicación para que no termines buscando facturas entre el caos de tu escritorio el día antes de la declaración. 

Errores típicos que te pueden costar dinero 

Mira, el SAT no perdona errores. Si metes la pata, podrías perder tu deducción. Aquí los fallos más comunes: 

• RFC mal escrito: Un solo número o letra incorrecta y adiós deducción. 

• No pedir el CFDI al momento: Luego las clínicas ya ni te contestan el teléfono. 

• Pagar en efectivo: Por alguna razón, seguimos olvidando que el SAT no acepta efectivo. 

• Uso de CFDI incorrecto: Poner «compra de equipo» en lugar de «honorarios médicos» es un error fatal.