Si estás aquí, probablemente te estés preguntando si tienes que presentar la temida declaración anual. Buena pregunta. En pocas palabras: depende. No todos tienen que hacer este trámite, pero si te toca, más vale que lo hagas a tiempo. Vamos a ver quiénes están en la lista de los «elegidos» por el SAT.
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Asalariados: no siempre te salvas
Si trabajas por nómina, podrías pensar que tu patrón ya hizo todo por ti. Y en muchos casos es cierto. Pero hay situaciones en las que sí tienes que ponerte las pilas y presentar tu declaración.
1. Si ganaste más de 400,000 pesos
¿Rebasaste este monto en el año? ¡Felicidades! Pero también, malas noticias: el SAT quiere que rindas cuentas. Así como cuando te cae un dinerito extra y de repente «aparecen» familiares lejanos, aquí el SAT es ese tío que quiere su parte.
2. Si tuviste varios patrones en el año
Cambiaste de trabajo, tuviste dos chambas al mismo tiempo o hiciste algo de «freelance» mientras seguías en tu empleo formal. En estos casos, el SAT quiere un desglose detallado de tus ingresos. Es como si te fueras de fiesta a dos reuniones en una noche: toca explicar en cuál gastaste más.
3. ¿Dejaste de trabajar antes del 31 de diciembre?
Si en algún momento del año dijiste «¡Hasta aquí!» y colgaste los guantes antes del 31 de diciembre, estás en la lista de los que deben presentar su declaración. El SAT quiere saber por qué te «fuiste temprano de la fiesta».
4. Si, además del salario, tienes otros ingresos
Trabajas en una oficina, pero también vendes productos por internet, haces diseños freelance o tienes un depa en Airbnb. El SAT lo ve todo, así que si combinaste fuentes de ingresos, también toca declarar.
5. Si recibiste jubilaciones, pensiones o indemnizaciones
¿Eres pensionado o te indemnizaron? Aguas. Aunque muchas veces estos ingresos están exentos, hay situaciones en las que sí se declaran. Como diría tu abuelita: «Más vale preguntar que quedarse con la duda».
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Otros contribuyentes que deben declarar
Si no eres asalariado, pero ganas dinero de otras formas, sigue leyendo.
1. Servicios profesionales y actividades empresariales
Si eres freelancer, abogado, doctor o tienes un negocio propio, estás en la lista de los que presentan declaración. El SAT te ve como un empresario de alto nivel, aunque apenas te alcance para el café de la mañana.
2. Si rentas una propiedad
¿Recibes dinero por arrendar un depa, una casa o un local? El SAT quiere su parte, así que no creas que es solo cobrar la renta y ya. Declarar tus ingresos por arrendamiento es obligatorio.
3. Ganancias por venta de bienes
Vendiste tu coche, una casa o algo de valor y obtuviste una ganancia considerable. Bueno, al SAT también le interesa saber sobre eso. No importa si lo vendiste por Marketplace o en una inmobiliaria, es importante verificar si debes declarar.
4. Intereses, premios y dividendos
Si tienes inversiones, te ganaste un premio de lotería o recibiste dividendos por acciones, necesitas revisarlo. El SAT es como un amigo que nunca olvida cuando le debes algo.
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No todo son malas noticias. Si presentas tu declaración correctamente, podrías recuperar dinero. Y aquí es donde entra TaxDown, que te ayuda a hacerlo rápido, sin errores y sin que termines gritando al monitor.
Conclusión: Más vale prevenir que lamentar
La Declaración Anual no tiene que ser un dolor de cabeza. Si te toca, hazla a tiempo y evita broncas con el SAT. Y si puedes recuperar algo de dinero, ¡mucho mejor! Así que revisa bien tu situación y, si necesitas ayuda, TaxDown está listo para echarte la mano.
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